Un día cualquiera

Antes de salir de casa le preguntó a su madre:
- ¿Qué tal me ves?, ella sonrió y le dijo;
- Tan guapo como siempre, tu siempre estás guapo, no sé porqué me lo preguntas…
- Y no me notas cambiado…
- Anda…, no vuelvas muy tarde que sabes que me preocupo...

En el bar aguanto las quejas de Juan sobre sus compañeros de piso.

De pronto le veo… y ya no puedo apartar mis ojos de él, tan… tan guapo, tan perfecto, tan inalcanzable, simplemente un sueño…
Él se da cuenta de mi insistencia y, para mi sorpresa, cruza una tímida mirada seguida de una sonrisa…

Entonces mi alma se ilumina, todo se pierde, la conversación de mi amigo desaparece de mis oídos, la gente del bar se difumina, solo él … Toda mi atención enfocada en la pureza de su piel, en la intensidad de sus ojos, en la sencillez de su trato…

Vuelvo con todos y ya no puedo apartar mi mente de él, mi razón se centra en como conseguir al menos… su nombre.
Le miro de nuevo pero ahora mis pensamientos vacilan (sabes que es demasiado para tí, nunca estarás con un chico así…).

Pero cuántos habrán pensado lo mismo de él, cuantos se habrán rendido antes de luchar por su sueño…
Voy a arriesgar, tengo que apostarlo todo, voy a jugar con las cartas que me han tocado, no llevo ningún Rey pero confío en mi buen hacer…:

-Oye… sabes… me gustas… pero no es solo eso, es que además me gustas mucho… sabes… (De pronto se echa a reír… entonces es cuando todo merece la pena, solo por verle sonreír a mi lado, solo por sentirle cerca, por estar a su lado ese pequeño momento, solo por eso merecía la pena atreverse…)

-¡¡ Dime tu nombre para poder soñar con sentido…¡¡
Él me contesta:
-“De noche todos los gatos son pardos”… Gracias, pero hoy podría arrepentirme de lo que te diga… ya nos veremos…

Esa noche me fui antes a casa, al igual que el resto de noches anteriores… a la mañana siguiente estaba tan cansado que me quedé todo el día en la cama y el Lunes me levanté con las pocas ganas de siempre para iniciar otro día de rutina en el trabajo…

En el correo recibo un e- mail de mi amigo Juan:

“Un día como otro cualquiera en que un rayo de sol se cuela a través de la ventana inundando la estancia de una luz radiante. Un día como otro cualquiera en que sientes como la suave brisa matinal acaricia tu cuerpo con ternura. Un día como otro cualquiera en que la ausencia de ruidos molestos y estridentes hacen que el silencio suene a pura armonía. Un día como otro cualquiera en que la reflexión y el análisis taimado de tu vida te lleva a tomar una decisión firme. Un día como otro cualquiera en que decides dibujar una sonrisa irónica en tu rostro al tiempo que piensas no soy digno de contemplar tanta belleza...”

Es precioso… ¿verdad?... Me lo dio él después de que te fueras, se llama Diego: 699######, es escritor y me dijo que le pareciste muy atractivo, llámale porque quiere quedar contigo…. Suerte.

Esa mañana al mirarse al espejo vio al ser que nunca veía y por primera vez se gustó…
Estaba enamorado de la vida….